jueves, 20 de marzo de 2025

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La leyenda negra es un lodazal de proporciones oce谩nicas al que se debe entrar con manguera de agua a presi贸n y rasquetas. En el primer caso, el l铆quido servir谩 para enviar al sumidero el goteo constante, mientras que la herramienta es imprescindible para hacer desaparecer las capas que se han ido solidificando con el paso de las centurias. Es un trabajo imprescindible y herc煤leo, pero gratificante salvo que se opte por sobrevivir con el agua al cuello y as铆 no molestar a las 茅lites propias y ajenas.


La Inquisici贸n desconocida. El Imperio espa帽ol y el Santo Oficio (Arzalia, 2024). Mercedes Temboury Redondo.

«Dicen que los espa帽oles son crueles: ¡Son el pueblo de la Inquisici贸n!».

Estas doce palabras no las encontr茅 en ning煤n texto decimon贸nico amarillento, las mismas brotan de la boca de un actor durante una escena de cierta pel铆cula canadiense, secci贸n franc贸fona, fechada en 2023. S铆, los prejuicios con respecto a Espa帽a son como un herpes, tanto en el mundo del cine como en el de la televisi贸n, y como bot贸n de muestra, nada mejor que leer Hollywood contra Espa帽a de Esteban Vicente Boisseau. Dicho esto, entro en el objeto de esta pieza no sin que antes haga un breve recordatorio hist贸rico cuyo protagonista es Juli谩n Juder铆as, que en 1914 publica La leyenda negra y la verdad hist贸rica, armaz贸n intelectual en el que se despliega un discurso para combatir las majader铆as (contengo los exabruptos) propagadas a lo largo de los siglos. Una denuncia a la que se adelanta Emilia Pardo Baz谩n en 1899 en el transcurso de una conferencia en Par铆s donde se refiere a la famosa leyenda. Luego habr铆a que esperar hasta 2017, a帽o de publicaci贸n de Imperofobia, de Mar铆a Elvira Roca Barea, un ensayo esencial que ha roto los anclajes de las mentiras negrolegendarias. Y es que las referencias literarias apuntadas hasta ahora, como el libro protagonista, desbrozan un mismo ecosistema que permiten ver el bosque.

El trabajo de Mercedes Temboury abarca el periodo comprendido entre 1540 y 1700, a帽o 茅ste que coincide con el desembarco coronado de los Borbones en Espa帽a y no se deduzca alg煤n tipo de fobia... Fruto de una importante tarea investigadora, la Doctora en Historia pone negro sobre blanco, tanto al lector como al especialista, en torno a lo qu茅 fue el dise帽o de la Inquisici贸n, que m谩s all谩 de ser una organizaci贸n que persegu铆a los delitos religiosos, tambi茅n se conform贸 como la punta de lanza, una suerte de clave de b贸veda necesaria para el sostenimiento del edificio imperial de la monarqu铆a hisp谩nica y por eso titulo que adem谩s de la fe, las estrategias desplegadas por las autoridades espa帽olas en defensa propia resultan razones de Estado, eliminando de esa ecuaci贸n cualquier anclaje con las actuaciones de, por ejemplo, el cardenal Richelieu o el planteamiento de John Locke cuando habla de la facultad del Estado para actuar «sin contar con la prescripci贸n de la ley, y a veces, incluso contra ella, aunque siempre con vistas al bien p煤blico». Cierto es que cualquier obra humana no est谩 exenta de sufrir los avatares del abuso y la corrupci贸n, pero observando el conjunto anclado en su periodo hist贸rico y no haciendo trampas al solitario como ocurre cuando se analiza desde un siglo XXI infectado de wokismo y una ignorancia calculada, es como se entiende la complejidad de lo que fue la monarqu铆a espa帽ola. Del imperio inabarcable.

Porque si algo queda claro tras cada p谩gina, y destaco este aspecto, no es otra cosa que el descubrimiento de la importancia capital de que los procesos de investigaci贸n y la actuaci贸n de la Inquisici贸n contaran con todas las garant铆as legales. ¡Si!, por m谩s que resulte incre铆ble, nuestra vieja naci贸n se adelant贸 en la tarea de conocer la verdad, de separar el polvo de la paja; en no dar ocasi贸n a las envidias disfrazadas de denuncia por herej铆as o cualquier otro asunto, en definitiva no hallamos ante una justicia que garantizaba los derechos del acusado (antes que tal cosa ocurriera en los territorios de los afamados publicistas anglosajones) y en muchos casos fue menos implacable en sus castigos que lo que se viene narrando desde la noche de los tiempos.

Evidentemente, La Inquisici贸n… aborda la cuesti贸n (religiosa) jud铆a y musulmana con todo lujo de detalles, sin olvidar el ‘brillo’ luterano-calvinista, y dedica un cap铆tulo a Canarias -que destaco por razones obvias- en el que Temboury se帽ala la existencia de las cabalgadas y rescates de los isle帽os en territorios africanos, un aspecto que he descubierto con esta lectura a trav茅s de la cual he recordado mis incursiones en El Museo Canario repasando alg煤n que otro tomo de las actas del Tribunal de la Inquisici贸n cuya antigua sede puede observarse desde las ventanas de la vetusta instituci贸n investigadora grancanaria. Tambi茅n se refiere a las acciones para defender la econom铆a, aplicando aranceles cuando era necesario para la protecci贸n del mercado interno o sometiendo a embargos a los enemigos, un mecanismo de diplomacia exterior que la monarqu铆a hisp谩nica «fue la primera en emplear de un modo sistem谩tico durante su enfrentamiento con las reci茅n nacidas Provincias Unidas». Incluso se muestra un dato que me ha provocado una ligera sonrisa y que tiene que ver con los ingleses y su obsesi贸n con Espa帽a y consecuentemente con Europa, y aqu铆 hago otro inciso que enlaza con las l铆neas anteriores en cuanto a la mala fe de nuestras 茅lites: No se puede entender la historia del Continente europeo sin Espa帽a.

Regreso a la fobia inglesa. As铆, los hijos de la p茅rfida Albi贸n dise帽aron acciones de «espionaje e infiltraci贸n» llevadas a cabo por Diego Orey, quien confes贸 que tras la firma de la paz tras la guerra anglo-espa帽ola (1585-1604), el arzobispo de Canterbury y el Parlamento ingl茅s «hab铆an enviado a tres letrados ingleses protestantes eminentes a Europa» a espiar, vigilar y sembrar dudas como si de una mosca cojonera se tratase. Una t谩ctica que transcurridos los siglos mantiene su predicamento (debe estar cincelado en alguna dependencia del Foreign Office), entre las altas esferas brit谩nicas: Perro viejo no aprende truco.

En definitiva, adem谩s de los breves apuntes que hago, el trabajo de investigaci贸n del que se nutre el libro abre las puertas a una serie de hechos que esperaban la ganas y el buen hacer de quien firma las cuatrocientas p谩ginas. De usted depende.



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