jueves, 4 de agosto de 2022

El antídoto de la insistencia

 

   La mala suerte me acompaña. Y aunque no creo en gafes, elfos, druidas y la madre que parió a tanto bicho jardinero, insisto en lo dicho: La mala fortuna se ha instalado en todo aquello que tiene que ver con la leyenda negra cuyo protagonismo corresponde a España desde -tal vez un poco antes- aquel siglo XVI tan ‘bajonaranjero’. Me explico… o no.

   Resulta que insistir en el estudio de tal manifestación de ‘cariño’ hacia todo lo que significó el Imperio español para la Historia universal debe concluir de forma inmediata, porque como afirma algún que otro hispanista francés, británico ¿y vanuatuense?, el tema no da para más y tal empecinamiento sólo provoca sonrojo entre las élites europeas, tan dadas a colorear su rostro por los pecados ajenos, rebosantes ellos (las culpas ajenas) de todo el mal conocido del uno al otro confín. Mas, ¡vaya por Dios!, sucede que un grupo de historiadores persiste en su empeño por dar a conocer la tal Leyenda negra.

   Supongo, dado que a mí no me llama hispanista alguno para sacarme de mi gusto por conocer el ayer de mi Nación, el hecho de que tales seres de luz insistan en su objetivo de  continuar propagando el por qué de esas infamias contra la historia, resulta lo más próximo a esa incomodidad que ocasionan las hemorroides. Es el signo de que las cosas se están haciendo muy bien.

Hollywood contra España (Espasa, 2022) de Esteban Vicente Boisseau.

   María Elvira Roca Barea, Marcelo Gullo Omodeo y el autor que protagoniza esta pieza, se han convertido en una suerte de punta de lanza (pensé en escribir: «Han puesto su pica en el particular Flandes de las mentiras».), con la honesta intención de hacer llegar, desmenuzar en la medida de lo posible, todos los aspectos que durante siglos han intentado socavar cualquier atisbo de dignidad a la gesta española. Sé que uno de los principales obstáculos para remover tamaña losa, que no es otra que la asunción de la tergiversación por parte de muchos españoles e hispanoamericanos, goza de una excelente salud y aquí, entiendo, se está frente a una singular paradoja. Resulta que tanto esos españoles como los habitantes de las naciones americanas muestran su rechazo a la historia común porque se han empeñado en no conocerla instalados en la comodidad de una sarta de patrañas que han pasado de generación a generación emulando el orgullo de cierta mortadela.

   Que Hollywood… es un gran trabajo de investigación y recopilación de datos es un hecho innegable que debe ser destacado desde el primer momento. Vicente Boisseau ha hecho un repaso (diría que épico) a la producción cinematográfica y televisiva anglosajona donde se puede comprobar como, y en contra de lo que manifiestan esos hispanistas a los que se nota algo nerviosos, la Leyenda negra continúa gozando de una salud a prueba de quejas con la boca chica -en el mejor de los casos-. Pienso, y pido disculpas por tal atrevimiento, que la llamada de atención de tales hispanistas (¿Dónde carajo están los germanistas británicos y los alemanes anglófilos?) con el fin de pasar la página negro legendaria, está íntimamente ligada al hecho de que las tornas se están volviendo, lenta pero inexorablemente. Mientras tanto, Joseph Pérez se refugia en Los Inválidos y Henry Kamen se consuela con el «casi ganamos», tras la paliza recibida en Cartagena de Indias. Bah, pelillos a la mar.

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