martes, 13 de junio de 2023

𝗟𝗮𝘀 '𝗯𝗿𝘂𝗷𝗮𝘀' 𝗱𝘂𝗲𝗿𝗺𝗲𝗻 𝗲𝗻 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼𝘀

 









   Una parte de la historiografía española soporta una suerte de proceso infeccioso cuya prolongación en el tiempo ha pasado de ser una alteración transitoria a transformarse en un sinvivir histórico.

En tal sentido, esos historiadores encantados de conocerse, vienen sosteniendo que España es una anomalía en el contexto de las naciones europeas (respiro profundamente), como si el viejo continente pudiera entenderse sin la cuna de Cervantes o que esta vieja nación no lo es tanto porque surgió en el siglo XVIII, imagino que en un parto sin epidural mientras alguien recitaba unos fragmentos de Annabel Lee y que si España es lo que es, lo es gracias a la opresión de otras ‘naciones’ que han tenido la mala fortuna de estar empadronadas en la Península ibérica. Mas, vayamos al objeto de este texto, que no es otro que reflexionar en torno al uso de la superchería como arma de...

Las brujas y el inquisidor (Espasa, 2023) de Elvira Roca Barea.

control social, que no es otra cosa todo aquello relacionado con los miedos ancestrales de los que nos hemos desprendido a base de lágrimas, sudor y sangre. No obstante, aún permanecen en nuestro subconsciente algunos restos en estado de hibernación esperando la llegada de los estímulos adecuados -desde 2020 estamos ‘disfrutando’ de tal ancestral estrategia-. O tal vez sea imposible porque somos hombres del siglo XXI y lloramos sin temor ni vergüenza. Y tragamos a palo seco.

   Acostumbrado a la Roca Barea del ensayo, esta novela histórica se podría entender como una suerte de guía pedagógica en torno a la superchería y su importancia en la toma de decisiones políticas, en cómo debe actuar el príncipe que desea emprender nuevas campañas para expandir su poder. Pero sobre todo, la ensayista malagueña se embarca en la justa reivindicación de la figura del inquisidor Alonso de Salazar y Frías. Porque lo que subyace en las más de quinientas páginas no es otra cosa que un trabajo de pico y pala que pretende aniquilar la leyenda negra que contamina gran parte de la historiografía española ocasionando, aún, situaciones que hacen sonrojar hasta al más bronceado de aquellos que conservan el pudor. Si no de qué forma nadie en su sano juicio puede ignorar que nuestras antiguas élites conserven el dudoso honor de haber reclamado la invasión de su nación -con cientos de miles de muertos- como vía insoslayable para alcanzar la regeneración. ¿En qué otra nación del Viejo Continente hay constancia de tal bajada de pantalones éticos?

En definitiva, Las brujas… es una buena ocasión para adentrarse en los entresijos de una época convulsa a través de una reflexión experta y documentada sin que por ello la arquitectura ficcional sufra menoscabo alguno.