Leer por placer y no por obligaci贸n. Declaraci贸n de principios. Nada por aqu铆, y a煤n menos, por all谩. Se escoge una novela por azar o ‘necesidad’ y las p谩ginas comienzan a mostrar su vida; arrebatadora en unas ocasiones, de baja intensidad en otras; con una decoraci贸n acorde a los tiempos que corren o rebosante de cierto minimalismo. Elijo un texto y mis ojos recorren caminos sin importar el estado del firme, porque lo destacable debe ser el trayecto, cada una de las etapas… Me tienta la digresi贸n; estoy al borde de irme hacia otro lado pero embrido adecuadamente. Llega el control –aparentemente–.
Me pierden los pre谩mbulos. Avisado queda
He tenido la suerte de asistir a varias jornadas sobre la ense帽anza de la Lengua y la Literatura en Canarias, unos d铆as intensos que sirvieron para aclarar alg煤n que otro concepto, descubrir varias sorpresas (alguna no muy agradable) y reflexionar, sobre todo esto 煤ltimo, porque andamos faltos de ese tiempo necesario para asimilar lo escrito y casi todo lo que o铆mos. Por cierto, y con el fin de evitar cierta zozobra entre alg煤n que otro lector, aclaro que una de esas sorpresas poco edificantes tuvo que ver con la escasa participaci贸n de profesores, mas no quisiera pensar que existi贸 una relaci贸n directa por el motivo de que el evento se celebrara un viernes en horario de tarde y el s谩bado por la ma帽ana. Imagino que el cansancio laboral jug贸 sus cartas.
Entremos en materia sin anestesia
Recuerdo que algunos de los all铆 presentes, como profesores y gentes apegadas a las Letras, mostraron una gran preocupaci贸n por el estado de salud del aprendizaje de la asignatura de Lengua y Literatura espa帽ola. Hago un alto para apuntar que muchos de los asistentes reclamamos la sustituci贸n del t茅rmino castellana por espa帽ola, por ser la denominaci贸n ajustada a la realidad, si bien, todos deber铆amos saber que la realidad es un trampantojo envuelto en un saco de amarga iron铆a. Hecha la parada, regreso.
La mencionada inquietud aument贸 varios enteros cuando uno de los docentes participantes refiri贸 que algunos colegas (y no s贸lo profesores peninsulares con un grave despiste emocional: los iletrados no tienen frontera) de Ense帽anza infantil estaban empe帽ados en introducir la Segunda persona del plural –vosotros– entre esos peque帽os alumnos, demostrando con ello unos prejuicios rebosantes de ignorancia con respecto al uso que hacemos los canarios del pronombre sujeto para expresar la segunda persona –ustedes–. Son esos seres, unos adalides del cambio de la norma porque s铆, porque ellos entienden que mantener tales usos condena a las futuras generaciones al abismo del Sur apolillado; de ese espacio geogr谩fico y mental que seg煤n su parecer, est谩 condenado al arrastre de gruesas cadenas de consonantes y vocales sin gracia, en lugar de las zetas sonoras y las ces pronunciadas como Dios manda. De lo que se trata es de no imponer el uso, so pena de retirada de paguitas y otras ayudas, de ese espa帽ol que tales lumbreras entienden como el summum de lo culto (o de la jerga por la que salivan los hijos de las estrellas verdes). No animo a que se organicen comandos de ling眉istas –en comisi贸n de servicios debidamente reglamentada– con las pupilas hinchadas en sangre buscando al malhablado, que tras ser identificado, es conducido hasta cierta instalaci贸n oficial para ser sometido a una cura de desintoxicaci贸n a base de proyectar todos los episodios de aquel gran programa –un excelente espacio divulgativo– conducido por Fernando S谩nchez Drag贸 que se emit铆a desde la Biblioteca Nacional. No se asuste…
Y aclaro, que es presente de indicativo
No existe mayor riqueza en el uso, tanto escrito como hablado de la Lengua espa帽ola, que las variantes del idioma existentes a lo largo y ancho de la geograf铆a nacional: andaluces, murcianos, castellanos de arriba y abajo… y entre ellos, claro est谩, se encuentran los canarios. Ay, los canarismos, que en muchas ocasiones son las v铆ctimas de un virus portador de una cepa rebelde, con mala leche y una legi贸n de seguidores: los vulgarismos. Un aspecto que hace estragos gracias a la televisi贸n auton贸mica que visto, mas pareciera una rep煤blica independiente defensora incondicional de un l茅xico propio ‘der’ y por ‘er’ pueblo; ajena a cualquier escrutinio y sorda ante critica alguna. Como paradigma de lo dicho ronda por su alta definici贸n alg煤n que otro programa, que seg煤n sus creadores, se «fundamenta en unos guiones de humor blanco…». Ah铆 est谩 la clave…
En m煤ltiples ocasiones –las jornadas se帽aladas– se levantaron voces pidiendo al Gobierno regional que suspendiera la emisi贸n del dichoso espacio, una propuesta televisiva donde se dan cita gran parte de los t贸picos m谩s rancios y cutres que puedan o铆rse, reducto digital en el que se masacra el idioma com煤n para mayor gloria de la nada con el benepl谩cito oficial. Algunos gritar谩n ¡censura!, otros pedir谩n cordura.
Un sinvivir que no acaba aqu铆 y que trae reminiscencias ingratas (no afirmo que en Canarias se cojee de esa extremidad), miserables y algo m谩s, porque no se puede llamar de otra manera la justificaci贸n con la que golpean aquellos gobernantes regionales en cuyo espacio geogr谩fico existen lenguas vern谩culas adem谩s del idioma com煤n: el espa帽ol. Sostienen esos cerebros ‘privilegiados’ para esquivar su obligaci贸n de la ense帽anza en la lengua de Cervantes y Gald贸s, que los alumnos hispanohablantes llegan a su etapa acad茅mica sabiendo comunicarse en tal idioma, por lo que ellos –la sufrida administraci贸n regional– est谩 en la obligaci贸n moral y ¡legal! de volcar todos sus esfuerzos en la promoci贸n del idioma regional, so pena de una irremisible desaparici贸n, entrando aqu铆 en el espacio reservado a la fe.
Con un argumento tramposo resumido en las l铆neas anteriores s贸lo cabe responder de la siguiente manera. Que ese alumno incorporado a la ense帽anza sepa hablar y escribir –con las carencias que hacen sangrar los ojos y llorar a los o铆dos– no resulta efectivo para la adquisici贸n de los rudimentos precisos y exhaustivos que proporciona el conocimiento reglado, haciendo necesario e imperativo, su derecho a recibir la formaci贸n e informaci贸n de la lengua com煤n y mayoritaria desde la perspectiva acad茅mica. Debe poseer las herramientas del espa帽ol normalizado como de la variante regional, enriqueciendo as铆 todo su bagaje cultural. Y con un prop贸sito meramente informativo (que no exhaustivo), me remitir茅 a varios ejemplos adoptados por la variante canaria. En primer lugar tenemos Alongar, un canarismo que en su primera acepci贸n dice: Echar hacia delante el tronco y la cabeza, apart谩ndolos bastante de su posici贸n vertical (Diccionario B谩sico de Canarios-DBC). A modo de curiosidad, se trata de una voz muy frecuente en el espa帽ol medieval que ha permanecido en el habla de las Islas. Mas si el alumno usa esta palabra tambi茅n deber谩 conocer que existe Asomar, como sucede con Cachimba [Pipa], Tolete [Tonto] o Sorimba [Turbaci贸n del 谩nimo; Lluvia menuda]. Pero abundando en el tema, ser铆a imperdonable dejar atr谩s la influencia del ingl茅s en el l茅xico de este asirocado archipi茅lago, y en ese apartado tenemos unos cuantos ejemplos que recoge el ya mencionado DBC (Academia Canaria de la Lengua). Comenzamos por Naife [Knife] Cuchillo o navaja grande. Tifar [Thief] Robar; Fonil [Funnel] Embudo, y por 煤ltimo esta palabra de gran calado mar铆timo, Cambull贸n [Can buy on] Tr谩fico de mercanc铆as que consiste en cambiar o vender distintos productos en los barcos atracados o fondeados en los puertos, especialmente a los tripulantes de los buques extranjeros, rozando incluso la ilegalidad. El padre era pescador, pero tambi茅n se dedic贸 al cambull贸n, que le daba m谩s dinero. Teniendo en cuenta los ejemplos descritos y tal como apunto m谩s arriba, el vocabulario del alumno se enriquecer谩, la visi贸n del mundo a帽adir谩 otro compa帽ero de viaje. Hay que sumar calidad y no propagar el virus de la mediocridad.
Ignoro si este es el momento id贸neo para hablar del trabajo de los profesores de Lengua espa帽ola atrapados desde tiempo inmemorial en la obligaci贸n de ejecutar la programaci贸n a desarrollar cada curso, pero tengo la impresi贸n que desde tiempo inmemorial se pretende reconvertirlos (sin la mala suerte del pobre de Gregor Samsa) en gestores administrativos de contenidos, frustrando al docente con ganas y aliviando al licenciado indolente. No obstante, hay esperanza –o debemos tener esperanza– porque de lo contrario, el destino nos conducir谩 a todos en direcci贸n a las sentinas de la historia.
Vayamos al meollo. La c谩tedra la sienta otro
Si hasta ahora me he centrado en aspectos formales –vaya con el escritor– las siguientes l铆neas tienen como protagonista una ciencia que vista de golpe y porrazo no parece maridar con la literatura. Me refiero a la meteorolog铆a. Y afinando un poco m谩s, centrar茅 mi opini贸n en un fen贸meno meteorol贸gico muy conocido por todos los canarios: la panza de burro.
De candente actualidad desde hace unos meses, la susodicha barriga no es otra cosa que un mar de nubes bajas por cortes铆a de los vientos alisios que impiden nuestro fallecimiento por una insolaci贸n subtropical de no menearse. Pero tambi茅n existe otro motivo para tratar de lo que sigue, acorde con la finalidad de El lector, tal y como reza en la cabecera de esta publicaci贸n digital: An谩lisis y divulgaci贸n literaria.
Le铆da con cautela y pasando cada una de sus p谩ginas con el respeto que merece una obra literaria, porque como afirm贸 P茅rez Gald贸s, “Imagen de la vida es la Novela”, sea del gusto o no del leedor, debo reconocer que la experiencia no ha resultado placentera. Creo que esta propuesta en la que se describen las angustias y deseos vitales de ella –y su bulimia– y la narradora, de dos ni帽as que se pierden por los riscos de su pueblo. Que descubren el deseo; viven con sendas familias al borde de la desesperaci贸n vital en un entorno cerrado y con esas nubes bajas que impiden el paso del sol, pero sobre todo, por lo que algunos han entendido como una original apuesta por el lenguaje, resulta un ejemplo de a qu茅 nos referimos cuando hablamos del totum revolutum, de un potaje en el que se transita del canarismo –enriquecedor del idioma com煤n– a la bofetada de los ingentes vulgarismos que pueblan las p谩ginas de la novela, como si tal soluci贸n fuera el b谩lsamo que todo lo cura, que tanta risa provoca. Resulta que la lectura tiene muchas similitudes con lo que se da en llamar un producto de laboratorio, –en este caso, emparentado con el exotismo l茅xico– que, consciente o no, ancla al ideario com煤n una imagen de Canarias atestada de t贸picos. Supone un punto de encuentro en el que se congregan los lugares comunes, el folclorismo m谩s rancio. Y ah铆 est谩n los personajes principales. Dos criaturas escolarizadas, que le铆do lo le铆do, deber铆a provocar una reflexi贸n en torno a qu茅 est谩 pasando en el sistema p煤blico de Ense帽anza, (transferido a la comunidad aut贸noma de marras, Constituci贸n mediante) cuando en pleno siglo XXI (y no importa que el h谩bitat sea rural, urbano o entrambos) tenemos estos resultados (l铆breme el Alt铆simo de generalizar).
Evidentemente, y dado los tiempos que corren, rebosantes de inspectores, observadores y mediadores que luchan por ocupar el espacio del inquisidor m谩s tonto, se hace necesario aclarar que la opini贸n aqu铆 vertida no pretende ser un aldabonazo en las conciencias ni una luz roja de peligro para salvaguardar esencias espirituales; que de casa hay que venir llorado y con el libro de texto sin subrayar. No obstante, llegados hasta esta orilla, s贸lo me cabe recordar que la panza de burro es un fen贸meno meteorol贸gico que puede ser fuente para la creaci贸n literaria como lo es el sonido que emite un silbato en la lejan铆a de una antigua estaci贸n de ferrocarril. O vaya usted a saber.
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