martes, 25 de noviembre de 2025

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 Si el t铆tulo de este comentario provoca alg煤n salpullido, quien esto escribe no solicitar谩 ning煤n tipo de perd贸n, ni siquiera reclamar谩 una miaja de 谩rnica, y no ser谩 por soberbia, y s铆 porque el hartazgo ante las infamias de las que ha sido v铆ctima desde tiempos inmemoriales todo lo relacionado con la historia de Espa帽a, tanto intramuros como allende los mismos, es de tal calibre que ya no hay lugar para el silencio o para ofrecer la otra mejilla.

Y si de un ejemplo reciente se trata, ninguno tan pat茅tico como aquella campa帽a, all谩 por los a帽os ochenta del siglo XX, en la que nos vendieron las bondades de la entonces Comunidad Econ贸mica Europea y el mantra asociado: Espa帽a se integra en Europa, cuando lo que, poco tiempo despu茅s se descubri贸 no era otra cosa que ‘Uropa’, un engendro que en absoluto tiene que ver con el Viejo continente, porque dif铆cilmente esta vieja naci贸n iba a integrase en una zona geogr谩fica, cultural y espiritual que nada habr铆a sido sin la crucial intervenci贸n y compromiso en pos de su supervivencia.

LEPANTO. Cuando Espa帽a salv贸 a Europa (ESPASA, 2025) de Marcelo Gullo.

   Una constante se repite a lo largo de la historia espa帽ola: la traici贸n que sus 茅lites han llevado a cabo en el solar patrio cuyo objetivo ha sido la propia destrucci贸n en beneficio del invasor (y las migajas para los felones), como ejemplo, ninguno mejor que la referencia al conde visigodo Juli谩n que all谩 por el a帽o 711 «facilit贸 los barcos de los que el musulm谩n [T谩riq ibn Ziyad] carec铆a» para cruzar el Estrecho de Gibraltar y dar comienzo a la invasi贸n musulmana de la Pen铆nsula ib茅rica. Once siglos despu茅s, los ‘inolvidables’ afrancesados babeaban frente a la invasi贸n napole贸nica. Si observamos el panorama actual ¿qu茅 afirmaci贸n podr铆a ser la adecuada?

   El texto que nos ocupa, escrito con un estilo que huye del p谩rrafo pomposo, aporta datos y desbroza un poco m谩s la hasta ayer tupida vegetaci贸n de medias verdades y envidias propias y ajenas, que ocultas tras la mara帽a negrolegendaria, a煤n contin煤a siendo un lastre para que el com煤n de los espa帽oles descubra de d贸nde vienen y c贸mo se ha llegado hasta aqu铆. Porque si la monarqu铆a hispana no hubiese dado el paso decisivo para liderar la Liga Santa y por tanto la batalla de Lepanto, no habr铆a Espa帽a, ergo tampoco Europa. Sin Felipe II y Juan de Austria, nada de esto ser铆a.

Cuando reflexiono sobre un libro, tengo por costumbre no desvelar ning煤n aspecto importante, a veces, ni siquiera aqu茅l que pudiera calificarse como un asunto balad铆, y en coherencia con lo dicho, concluyo no sin antes dedicar unas l铆neas a un tema que me interesa por razones obvias: Canarias. ¿Se detecta una contradicci贸n? Ruego encarecidamente a quienes se apelliden coherencia, tengan a bien ocupar las butacas instaladas al efecto.

   Lo que sigue, 煤nicamente pretende matizar la afirmaci贸n del autor cuando en la p谩gina 108 dice que la armada otomana «devast贸 las Islas Canarias», si bien los datos que me han facilitado desde el Archivo Hist贸rico Municipal de Teguise (Lanzarote), cuya gran parte del legado documental fue pasto de las llamas por culpa de esos ataques, como los que obran en el Archivo General de Simancas, hacen referencia a dos incursiones en la Villa lanzarote帽a acaecidas en los a帽os 1571 y 1586, siendo 茅sta isla y el municipio se帽alado, quienes padecieron el saqueo y el secuestro de numerosos prisioneros (1586). ¿Por qu茅 Lanzarote? Los ataques del turco tienen una relaci贸n directa con el hecho de que fuera la primera isla que avistaban las naves otomanas. Por su parte, Betancuria (Fuerteventura) en 1593 tambi茅n fue presa de la barbarie turca, por tanto no se puede hablar de una devastaci贸n general, teniendo en cuenta que lo intentaron con las islas de realengo: Gran Canaria, Tenerife y La Palma, pero sin fortuna. Es cierto que el Archipi茅lago canario padeci贸 continuos ataques corsarios y piratas, pero en lo que respecta a las fuerzas representantes de la Sublime Puerta, sus incursiones en Canarias tuvieron un 谩mbito de actuaci贸n limitado.

   El descubrimiento de c贸mo se desarrollan los procesos hist贸ricos es un viaje apasionante, sea la traves铆a en una galera, nao, carabela o sujetando un libro, LEPANTO. Cuando Espa帽a salv贸 a Europa es una inmejorable oportunidad de hacerlo realidad.


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