miércoles, 7 de mayo de 2025

𝗡𝗼𝘃𝗲𝗹𝗮 𝗻𝗲𝗴𝗿𝗮 𝗲𝘀𝗽𝗮ñ𝗼𝗹𝗮: ¿𝗨𝗻 𝗲𝗰𝗼𝘀𝗶𝘀𝘁𝗲𝗺𝗮 𝗱𝗲 𝗶𝘇𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿𝗱𝗮𝘀?


 







   Quien controla el relato domina -salvo que una suerte de espíritu crítico liberado de riendas habite inter nos-, y quien sofoca cualquier voz disidente porque él lo vale, ni por asomo se plantea renunciar al trono. Y cuando me refiero al relato hablo de literatura, y cuando de la creación literaria se trata no existe ficción o ensayo, o esa es la impresión, que pueda escapar al embrujo de los cantos de unas sirenas cuyas caricias se ejecutan a mano siniestra, y cualquier intento de abrir una brecha en el templo de la hegemonía se asemeja a una misión imposible. Pero si con esos bueyes tenemos que arar, así sea.

   Tras más de una década de andanzas por el entorno negrocriminal español, de charlas con escritores, de asistencia a encuentros literarios, y claro, de leer sus novelas, comencé a caer es una especie de melancolía de género... negro, que debe ser algo parecido al enfado que se apodera de un cinéfilo cuando detecta que el director tiene encañonado al responsable de la fotografía que es obligado a mantener sólo dos encuadres, impidiendo así que entren en plano asuntos que enriquecerían la película. ¿Se entiende? Posiblemente, no, así que será mejor que recuerde el título de este artículo y que de por concluido este párrafo y entre en materia.

Petros Márkaris

   Transcurría el año 2018, y el autor griego había acudido a un sarao 'novelero' donde iba a ser homenajeado, y tras recordar su trayectoria literaria, llegó el turno de preguntas. Para que se entienda el porqué de la cuestión que planteé el creador del comisario Kostas Jaritos, es necesario recordar que Grecia fue intervenida entre 2010 y 2018 por la Unión Europea, dejando el país hecho unos zorros. Pues bien, cuando me correspondió el turno hice mención a la estafa de unos habitantes de la isla de Zakynthos donde se descubrió la existencia de 700 'ciegos', entre ellos taxistas, empleados municipales y hasta un cazador de aves. La intención era hacer ver que no sólo el Estado roba, sino que ser trabajador no es una patente de honradez: La reflexión no le hizo puñetera gracia. Recordemos que Márkaris lo tiene claro: «Soy de izquierdas»

¿No resulta contradictorio incluir a un extranjero cuando un servidor ha dejado claro que tratará únicamente sobre sus (pido disculpas por si alguno se ofende) compatriotas. Es cierto, pero ¿Quién escribe?

Izquierda, derecha…

«Las opiniones son como los culos: Todo el mundo tiene uno».

No es una declaración ‘institucional’, pero esta frase lapidaria de Harry Callahan/Clint Eastwood tiende un puente para facilitar la conexión con la siempre denostada mosca cojonera.

A partir de ahora, sus ojos serán testigos de afirmaciones contundentes envueltas en un celofán de color alarmante. Leerá cosas que podrán alterar su espíritu, sea éste hijo del consenso o primo de lo contrario, incluso quien esto escribe se declara atónito ante tanto parecer dispar, pero ¿acaso eso es malo?

En primer lugar conozcamos la opinión en torno a eso que algunos dicen de que la novela histórica es territorio conservador y la negra goza de una envidiable salud ‘progresista’… ¿Cómo se le ha quedado el cuerpo literario tras leer el artículo?, porque lo que viene ahora tiene su miga ultraderechista aunque es justo reconocer, que este autor como el anterior matizan, y eso es de agradecer. No obstante, entre ambos se detecta una cierta contención o algo parecido al tan anhelado equilibrio de la fuerza galáctica y no hallo rastro de advertencia en torno a los peligros de tanto mensaje de juntaletras zurdos.

   Hemos llegado al turno de algunos autores españoles a quienes pregunté en 2021 (este dato refleja que llevo años con la matraquilla) cómo veían el asunto y las respuestas fueron:

«Son de izquierdas»

«Viendo el circo mediático en el que se ha convertido nuestra nación, imagino que mayoritariamente de izquierdas».

«Históricamente, en la novela negra hay una visión escorada de la izquierda, según la cual el verdadero novelista negro es aquel que se inscribe en esa corriente».

«Hay una constante hacia la denuncia social. Es una lucha persistente entre el que tiene el poder y los que lo sufren. Ideología que este género arrastra desde los primeros relatos de Poe o Raymond Chandler».

...Derecha, izquierda, un, dos, tres.

   Corresponde el turno a unos escritores patrios que han marcado estilo, arrejuntado a cientos de lectores y todas esas cosas que ocurren en la literatura, pero antes de lo que toca, toca esto: ¿Hace falta alguna justificación?

«Imagen de la vida es la Novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea; y el lenguaje, que es la marca de raza; y las viviendas, que son el signo de familia; y la vestidura, que diseña los últimos trazos externos de la personalidad: todo esto sin olvidar que debe existir perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de la reproducción». (Pérez Galdós)

   Quizá nada sea absolutamente negro y hasta es posible que las evidencias incontestables no sean más que apariencias. También es probable que una ideología haya construido un discurso desde el que esparce la verdad y sólo la verdad, impidiendo que cualquier voz disonante sea escuchada con el debido respeto porque esos que pasean el estandarte de la hegemonía gritan hasta la afonía: ¡Soy la voz del pueblo, su fiel portavoz y único intérprete de todos sus males y hacedor de las bondades que lo conducirán al paraíso!

   Este apartado lo abre Rafael Chirbes (1949-2015). El autor de, entre otras, Crematorio y En la orilla, tenía claras sus prioridades ideológicas «No hay que olvidar que la lucha de clases es eterna» Tampoco se nos debe pasar por alto una especie de subgénero al que tan bien se ha acostumbrado el propio género, el ejemplo nos lleva al totalitarismo noir de Guillermo Galván.

Tras estas pinceladas, detengo el tecleo y leo al Don Benito de hace tres párrafos…

   El siguiente es Mariano Sánchez Soler, quien no esconde su preocupación por las diferentes formas de la ultraderecha española. Qué bien estaría que esa inquietud abarcara a otros ultras.

Mientras tanto, hay un tema íntimamente ligado a todo lo que se ha expuesto aquí que requiere un breve apunte, sin maldad, todo sea dicho. Resulta que un escritor a la par que profesor, decidió usar esa suerte de neolengua (un engendro) que tiene que ver con el género. Así, y como la mayoría de sus alumnos son mujeres, un día comunicó a los chicos que desde ese instante pasarían a ser ¡Alumnas!, aunque la sorpresa no termina, dado que al ser preguntado si en su próxima novela pondría en práctica el desdoblamiento de géneros, respondió algo cariacontecido, que tal posibilidad haría que la lectura fuera engorrosa y densa. Creo que en aquel instante alguien en algún lejano lugar encendió dos velas…

   Continúo con Alexis Ravelo (1971-2023), uno de los grandes escritores españoles del género a quien la ideología marcó su producción. Ravelo no sólo dedicó su creatividad a la literatura negra, también tocó otros palos: Literatura infantil, juvenil y obras de teatro, pero aunque reconozco su valía y su estilo narrativo, considero que la carga ideológica tenía un gran peso en su creación ¿Es bueno, malo o mediopensionista?

   Podría seguir con, desde mi punto de vista, uno de los autores españoles negros que merecen una mayor atención: Francisco García Pavón -el creador de Plinio-, e incluso añadir a la lista a más autores, pero hasta aquí he llegado con estos apuntes en torno al género negro español. Mas si el texto suscita algún interés, dependerá de usted seguir indagando.